el camino se interna en el epicentro del imperio Inca.
La señorial Cuzco recibe al viajero cansado
con su encanto milenario de piedras encajadas.
La gran maquina germana se defiende como puede del abuso,
exhibe soltura y agilidad no comunes en motos de su peso y potencia,
e iguala, a veces supera, a la motocicleta austriaca de mi amigo norteamericano.